Charles Vane es recordado como uno de los hombres más conocidos de la Era dorada de la piratería

De celebridades piratas estuvo lleno el Caribe, el hombre que estamos a punto de describirte infundió un miedo profundo en todos los territorios a los que llegó. Se podría decir que fue uno de los más audaces, ya que decidió seguir siendo pirata en vez de tomar el perdón del Rey de Inglaterra.

Nació en la ciudad de Gallows Point, Inglaterra en 1680 y su vida temprana de es un total misterio para la historia, pero no fue sino hasta 1715 que se hace contramaestre en un buque corsario a servicio del rey de Inglaterra.

Charles poco después se obsesiono con los galeones españoles, estas naves eran enormes y estaban cargadas de oro en las bodegas; debido a su tamaño eran lentas y esto las convertía en presas fáciles para él.

Inglaterra tenía una política muy clara, superadas la recaudación de 10.000 libras en un atraco mar adentro, la mitad debía ser para la corona, y un día, Vane consiguió 87.000 libras robando el cargamento de monedas de oro de un galeón español cerca de las costas de Bonaire. Como es típico de los piratas que trabajan como corsarios, éste no pagó la mitad de las ganancias que por regla pertenecían a la Corona Británica, así que no pasaron 30 días cuando el rey lo declaró pirata ante los ojos de la East India Trading Company. Fue por su culpa que la guardia naval llegó a Nassau en las Bahamas persiguiendo su barco, la ciudad pirata tenía pocas defensas así que no les fue muy complicado asediarla.

Barbanegra puso a disposición al Venganza de la Reina Anna para atacar junto con El Ranger las múltiples goletas inglesas, pero fue inútil y Barbanegra terminó por abandonar a Vane en plena lucha. Es aquí donde entra en la historia Woodes Rogers, el primer gobernador corsario de las Bahamas, él le dio dos opciones a Vane, o regresa a Inglaterra pobre y miserable, pero vivo, o muere como muchos de los piratas que cazó la India Trading Company. Vane decidió ser perseguido y morir en batalla que desprestigiarse y humillarse ante el Rey Jorge de Inglaterra.

Charles Vane siguió atracando barcos cerca de Gran Inagua y Gran Abaco, en las Bahamas, esos robos lo llevaron a desplazarse hasta Antigua y Barbuda, lugar donde tuvo un fuerte enfrentamiento con bucaneros españoles, que poco a poco eran más frecuentes en el Caribe. Anguilla, San Martin, Cuba y la Isla del Maíz en Nicaragua, fueron lugares donde Vane hizo estragos robando oro de las plantaciones de caña de azúcar, café y habano.

A finales de 1718 se uniría a Vane un hombre mujeriego y tramposo con una vestimenta muy alocada y una extraña forma de caminar, ese hombre años más tarde sería conocido como Jack El Calicó.

Vane de apoco fue conocido por sus crueles actos tales como abrir gente y sacarle las tripas, quitarle la pies a sus adversarios o darles de comer su propia lengua, cosas que por ética, iba más allá del Código Pirata escrito por los piratas Morgan y Bartholomew.

Después de ser traicionado por Jack Calicó y dejado con una pistola y una botella de ron en una isla desierta que hoy se conoce como Cayo Romano en Cuba, Charles Vane perdió El Ranger y a su tripulación. Fue encontrado por la East India Trading Company y llevado a Jamaica. En Port Royal fue enjuiciado y sentenciado a la horca donde murió diciendo que no se arrepentía de ninguno de sus crímenes.

A la hora de imaginar un lugar fantástico, piensa en el Caribe, es momento de que vuelvas tus sueños realidad, como lo hicieron estos piratas, pero tú por supuesto, de una forma más tranquila y divertida. Ven, no te arrepentirás.