Historia
Es una hermosa isla también conocida Madinina “Isla de las flores”, está situada entre Dominica y Santa Lucía, la baña al este el Océano Atlántico y al oeste el Mar del Caribe. Es un Departamento de Ultramar Francés en las aguas del Mar de las Antillas.
Estas tierras estaban habitadas por los Caribes a la llegada de Colón en 1502. Años más tarde los Franceses la tomaron y solo en tres breves oportunidades estuvo bajo domino de otra nación. La caña de azúcar formo parte esencial del desarrollo de la economía de la época, hoy por hoy el turismo es su principal fuente de ingresos, no cabe la menor duda del porqué. Otro hecho que vale la pena destacar, fue el cataclismo de Martinica, una erupción volcánica que destruyo el pueblo de Saint Pierre en 1902.
Datos Relevantes
La isla de Martinica tiene una población de más de 400 mil habitantes en general de raza negra o mestiza, el Francés es el idioma oficial aunque el créole es hablado por la gran mayoría de los locales. Su gentilicio es llamado Martiniqueño o Martinicano y su moneda de libre tránsito es el Euro, sin embargo en algunos lugares aceptan dólares americanos, de igual forma, tu moneda extranjera la puedes cambiar sin problema en bancos y oficinas de cambio.
El clima de la isla es privilegiado con un verano eterno de sol, playas y arenas, la temperatura media anual es de 25 a 30 grados centígrados, ideal para disfrutar de todas las bondades que esta paradisiaca tierra tiene para ofrecerte. Su gastronomía es muy variada e indudablemente tiene el sello característico de las comidas del Caribe, reuniendo un conjunto de sabores sorprendente que complacería hasta al paladar más exigente. Entre sus platos más deliciosos podemos resaltar el Féroce d’avocat, el Boudin Créole y el Kalalou, aunque todos sabemos que entre gustos no han escrito los autores, así que tienes que venir y comprobarlo por ti mismo.
Turismo
El turismo en Martinica es muy rico y diverso, sus playas es uno de sus principales atractivos, las hay de arena blanca, de arena negra, así como, tranquilas o agitadas, como sea que las prefieras en aquí las encontraras.
Al oeste el mar es tranquilo y sereno perfecto para familias y escapadas románticas, en cambio, al este sus aguas son indóciles y magníficas, ideales para practicar diversos tipos de deportes acuáticos. En su zona verde la naturaleza parece hablarte, la selva tropical que este territorio posee alberga al majestuoso Monte Pelée, volcán aun activo, así como, ríos, cataratas y una fauna y flora impresionante.
Para venir solo necesitas tu pasaporte vigente y visa para muy pocas nacionalidades, también requerirás demostrar que tienes el presupuesto necesario para disfrutar de la isla, además de tu boleto de ida y vuelta. A Martinica puedes arribar por avión a través del Aeropuerto Fort-de-France, o atracar en el puerto que posee el mismo nombre; el Pointe Simon es otro muelle que recibe grandes cruceros durante todo el año. De igual forma, hay servicios de catamaranes de alta velocidad que comunican a Martinica con Guadalupe, Santa Lucía y Dominica.
La Isla de las flores es uno de esos pocos lugares donde encontrarás todo lo necesario para hacer de tus vacaciones una placentera experiencia realmente inolvidable. Una vez que vengas no podrás dejar de regresar. ¡Anímate a conocerla!